Transformación de latas con Grupo Herdez

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En el marco del Día Internacional del Reciclaje, una jornada dedicada a promover la conciencia ecológica, varias iniciativas mexicanas han ganado impulso con ideas que convierten los desechos en recursos valiosos para la sostenibilidad. Una de estas propuestas sobresale por su habilidad para combinar el reciclaje con la enseñanza sobre el medio ambiente y la producción sostenible de alimentos: la conversión de latas en sistemas hidropónicos, que permiten el cultivo de alimentos nutritivos sin requerir suelo.

Este tipo de programas forman parte de una estrategia más amplia basada en la economía circular. Este modelo propone un cambio profundo en la forma de producción y consumo, alejándose del esquema lineal de “usar y desechar” para dar paso a una lógica de reutilización constante. El reciclaje, por tanto, se convierte no sólo en una práctica responsable, sino en un eslabón clave de este ciclo que reintegra los materiales al sistema productivo.

En este contexto, una de las actividades más significativas es la iniciativa «Para un planeta más activo», que fomenta la recolección de latas de aluminio a través de dispositivos ubicados en centros comerciales y áreas públicas. Las latas recopiladas no solo se reciclan, sino que también se convierten en componentes esenciales para fabricar estufas ecológicas, sistemas energéticos y huertos hidropónicos.

El método de cultivo aplicado en estos proyectos se fundamenta en la técnica denominada hidroponía, que es un tipo de agricultura sin suelo que utiliza soluciones minerales y reciclaje de materia orgánica para alimentar a las plantas. Es una opción que cada vez se adopta más debido a su eficiencia en el uso del agua, su reducida huella ambiental y la posibilidad de llevarse a cabo en áreas urbanas o de difícil acceso a terrenos fértiles.

Existen distintas modalidades de hidroponía, como el sistema de raíz flotante, donde las plantas crecen sobre una solución acuosa oxigenada; el cultivo en sustratos como perlita o fibra de coco, que reemplazan al suelo tradicional; y la técnica NFT (Nutrient Film Technique), en la que las raíces se desarrollan dentro de tubos por los que circula una delgada película de agua rica en nutrientes. Esta última destaca por su uso eficiente de recursos y por facilitar la producción vertical, aprovechando mejor el espacio.

Una implementación específica de estos métodos se aprecia en un proyecto educativo en San Luis Potosí, en el cual se ha desarrollado un jardín de exhibición que integra el reciclaje de latas junto con técnicas de agricultura sostenible. En este lugar, los visitantes tienen la oportunidad de aprender cómo los desechos se transforman en sistemas productivos y cómo se pueden emplear subproductos naturales —tales como los lixiviados de lombricomposta— para nutrir a las plantas.

Este jardín pedagógico no solo se centra en la producción de alimentos, sino también en la creación de conciencia ecológica entre los más jóvenes. Al recorrer el sitio, los visitantes tienen la oportunidad de observar un sistema integral de economía circular que integra reciclaje, agroecología y aprendizaje.

Líderes del proyecto destacan que esta iniciativa permite controlar mejor los insumos, reducir el desperdicio y promover el aprendizaje de métodos alternativos de producción de alimentos. Además, se alinea con una visión de sostenibilidad que busca soluciones reales a los problemas ambientales actuales.

El mensaje es evidente: convertir desechos en recursos es factible. Lo que antes se veía como desecho, ahora puede convertirse en el fundamento de un nuevo método de cultivo urbano y una potente herramienta educativa. Mediante estos proyectos, no solo se plantan vegetales, sino también consciencia, compromiso y optimismo para un futuro más ecológico.

Por Jaime B. Bruzual

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