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La UE podría intervenir en los nuevos controles fronterizos de Alemania
El gobierno alemán sorprendió al anunciar la ampliación de los controles de pasaportes a todas sus fronteras terrestres, que se introducirá a partir de este lunes. La medida ha generado preocupación sobre posibles colas y retrasos en las fronteras, particularmente en el norte y el oeste del país. La decisión es una respuesta a un contexto político y social caracterizado por crecientes preocupaciones de los ciudadanos sobre la seguridad y la inmigración.
Svenja Niederfranke, experta en migración del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, explica que con esta medida se pretende demostrar que el gobierno actúa contra la sensación de inseguridad. En los últimos meses se han producido varios ataques violentos relacionados con inmigrantes en Alemania, lo que ha llevado a los partidos de extrema derecha a ganar terreno en las elecciones estatales. Con las elecciones en Brandeburgo a la vuelta de la esquina, la seguridad se ha convertido en una cuestión crucial para los votantes.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, ha ordenado que los controles actualmente vigentes en las fronteras con Austria, Polonia, Suiza y la República Checa se amplíen a las fronteras con Francia, Dinamarca, Luxemburgo, los Países Bajos y Bélgica. Desde octubre de 2023, unas 30.000 personas han sido rechazadas en la frontera entre Alemania y Austria. Sin embargo, Niederfranke advierte que estas cifras podrían ser engañosas porque no reflejan el número total de personas que intentaron ingresar al país.
A pesar de la intención del gobierno de reforzar la seguridad, muchos expertos cuestionan la eficacia de estos controles. Según Niederfranke, tienden a atrapar a personas menos peligrosas y no a verdaderos contrabandistas o delincuentes que encuentran formas de evadir los controles. Un ejemplo actual es el ataque en el Festival de la Diversidad de Solingen, en el que el sospechoso escapó a la deportación a pesar de que estaba en la lista de deportación.
La implementación de estos controles también presenta desafíos logísticos y económicos. Las empresas de transporte y los viajeros transfronterizos podrían verse gravemente afectados por los largos tiempos de espera en las fronteras y dificultar su vida diaria. Además, la necesidad de enviar más agentes de policía a las fronteras podría exacerbar la escasez de personal ya existente en la policía federal.
A nivel europeo, la decisión de Alemania fue recibida con críticas de otros países como Polonia y Austria, que temen que estas medidas desestabilicen el tejido de la Unión Europea. Si bien algunos líderes, como el húngaro Viktor Orban, apoyaron esta postura, otros funcionarios de la UE expresaron su descontento porque Alemania era vista como una voz más progresista en el debate sobre inmigración y asilo.
La posibilidad de que la UE bloquee estos controles o lleve a Alemania ante los tribunales es real, ya que las normas de la UE sobre el espacio Schengen limitan la introducción de controles fronterizos temporales. Según Niederfranke, la Comisión Europea podría calificar estas medidas de ilegales, pero es poco probable que tome medidas contra Alemania, ya que otros Estados miembros han tomado decisiones similares en el pasado.
La situación aún está evolucionando y se espera que en los próximos meses se tomen decisiones sobre la legalidad de estos controles. Con una reducción del 20% en las solicitudes de asilo en comparación con el año pasado, puede resultar difícil para el gobierno federal argumentar la necesidad de estas medidas.
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