febrero 15, 2025
Corea del Sur enfrenta una grave crisis política mientras Yoon Suk Yeol encara juicio político y posible arresto
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Corea del Sur está al borde de una crisis institucional sin precedentes mientras el ex presidente suspendido Yoon Suk Yeol enfrenta un juicio político y una orden de arresto por cargos de insurrección y abuso de poder. Desde su residencia fortificada en Seúl, Yoon continúa protegido por su equipo de seguridad presidencial y cientos de seguidores mientras aumentan las tensiones políticas y sociales en todo el país.

En diciembre pasado, Yoon declaró brevemente la ley marcial, lo que provocó una ola de indignación pública y marcó el comienzo de su declive político. La Asamblea Nacional votó a favor de su destitución después de que incluso miembros de su propio partido gobernante lo abandonaran. Ahora el Tribunal Constitucional de Corea del Sur tiene la tarea de decidir si confirma el despido o lo reintegra en su cargo.

«Lucharé hasta el final», afirmó Yoon en un mensaje entregado por su abogado, destacando que la declaración de la ley marcial era legítima y que los intentos de arrestarlo eran «ilegales e inválidos».

Citando preocupaciones de seguridad, Yoon ha indicado que no tiene previsto asistir a la primera audiencia oficial de impeachment prevista para este martes. Esta decisión ha generado críticas tanto de sus oponentes políticos como de los investigadores que quieren ejecutar la orden de arresto en su contra.

El conflicto por su residencia fortificada

Desde que fue suspendido de sus poderes presidenciales, Yoon ha buscado refugio en su residencia de Seúl, donde su equipo de seguridad presidencial (PSS) ha incrementado las medidas de protección con alambres de púas, vehículos bloqueando las entradas y un «muro humano» formado por fuerzas de seguridad y simpatizantes. se formó, se ha fortalecido.

El intento más reciente de arrestarlo se produjo a principios de enero, cuando investigadores anticorrupción intentaron ingresar al edificio de apartamentos, lo que provocó un enfrentamiento que duró varias horas entre las fuerzas de seguridad y los agentes encargados de ejecutar la orden de arresto. El operativo fue cancelado por preocupación por la seguridad de los involucrados, pero la orden de detención sigue vigente y se espera un nuevo intento en los próximos días.

«Es prácticamente imposible ejecutar una orden de arresto contra Yoon mientras el equipo de seguridad continúe protegiéndolo», dijo la Oficina de Investigación de Corrupción para Altos Funcionarios (CIO).

El CIO ha pedido al Ministerio de Defensa y al equipo de seguridad presidencial que cooperen para garantizar que los soldados estacionados en la residencia no impidan los esfuerzos por capturar a Yoon. También advirtió que cualquier intromisión podría dar lugar a sanciones penales.

Las acusaciones contra Yoon y la investigación en curso

Yoon se enfrenta a varias investigaciones penales, incluso por insurrección, un delito castigado con cadena perpetua o incluso la pena de muerte en Corea del Sur. Aunque ha sido suspendido de su cargo, Yoon conserva inmunidad presidencial frente a la mayoría de los cargos, excepto aquellos relacionados con traición o insurrección.

Además de las acusaciones contra Yoon, la investigación también se amplió para incluir a personas clave involucradas en la declaración de la ley marcial, incluidos comandantes militares y el ministro de Defensa. Sin embargo, Yoon se negó a cumplir con las citaciones de los fiscales, lo que intensificó el conflicto entre las autoridades y su equipo de defensa.

El papel crucial del Tribunal Constitucional

El futuro político de Yoon depende ahora del Tribunal Constitucional, que debe decidir si confirma el voto de destitución de la Asamblea Nacional o reinstaura al ex presidente en su cargo. El tribunal tiene programados cinco alegatos orales que se extenderán hasta el 4 de febrero. Si Yoon no se presenta a la primera audiencia prevista para este martes, el juicio continuará sin su presencia.

El tribunal tiene hasta 180 días para emitir un fallo, pero ha prometido dar prioridad al caso debido a su relevancia para la estabilidad política del país. Sin embargo, el proceso enfrenta un obstáculo adicional: el tribunal de nueve miembros actualmente sólo cuenta con ocho jueces debido a las vacantes, lo que podría dificultar la toma de decisiones. Según la Constitución de Corea del Sur, al menos seis jueces deben aprobar la destitución para que sea válida.

Si el tribunal confirma el juicio político, Yoon se convertirá en el presidente con un mandato más corto en la historia democrática de Corea del Sur y el país tendrá que celebrar elecciones presidenciales en un plazo de 60 días.

Protestas y divisiones en la sociedad coreana

El caso de Yoon ha polarizado a la sociedad surcoreana, con manifestantes tanto a favor como en contra del expresidente saliendo a las calles a pesar de las bajas temperaturas invernales. Sus partidarios, en su mayoría conservadores, han erigido una valla alrededor de su residencia, mientras que sus críticos exigen su arresto inmediato y su rendición de cuentas por los abusos de poder cometidos durante su mandato.

Las tensiones también han aumentado en el ámbito político. La destitución de Yoon provocó la salida del primer ministro Han Duck-soo, quien también fue destituido de su cargo por el Parlamento. Actualmente, el ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, actúa como presidente interino mientras el país espera la decisión del Tribunal Constitucional.

Un futuro incierto para Yoon y la estabilidad de Corea del Sur

La crisis política en Corea del Sur ha puesto en riesgo no sólo el futuro de Yoon Suk Yeol, sino también la estabilidad institucional del país. A medida que avanza el juicio político y la investigación penal, el resultado sigue siendo incierto ya que están en juego múltiples factores legales, políticos y sociales.

El caso de Yoon pone de relieve las complejidades de tratar con líderes en ejercicio acusados ​​de delitos graves y pone de relieve las tensiones inherentes a un sistema democrático que busca equilibrar la justicia con la estabilidad política. Mientras el Tribunal Constitucional se prepara para las deliberaciones, Corea del Sur enfrenta la posibilidad de un cambio significativo en su liderazgo y un nuevo capítulo en su historia democrática.

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